Empiezo este relato de mi vida, con mi nacimiento que fue el 3 de abril del 1994 era un domingo santo en el que bien a la vida. Fueron muchas las personas que han estado a mi lado desde ese momento. Comienzo con mi padre que desde pequeño ha permanecido a mi lado cuidándome y protegiéndome, siento siempre su apoyo así este lejos. En las vacaciones nos llevaba a diferentes y maravillosos lugares, para que como es mi país y aprendiera de él. En mi papa he sentido una pasión y un amor incondicional, que me ha servido para lograr superar mis metas y algún día ser yo quien lo cuide y proteja.
La otra persona con la que he pasado mi vida y me conoce todo es mi mamá, quien ha estado en todos los momentos más importantes para mí, como lo fue mi bautizo en el cual sentí su amor y alegría al conocer a Dios. Ella es quien me ayuda a superar mis metas, me apoya y fortalece con cada palabra que sale de su boca, me alegra en los momentos tristes y me consiente y me cuida como si aún fuera un bebe. El tiempo que paso con ella nos une cada vez más, esos momentos fueron cuando estuve en mi grado, porque estuvo siempre a mi lado y le debo a ella superar mis primeros logros y hacerme responsable.
Cuando somos pequeños queremos ser grandes y vivir la vida sin límites pero hay momentos en los que nos damos cuenta en que debemos disfrutar cada momento como lo es aprender a montar en una bicicleta; ese objeto que nos llevó a la caída, la velocidad, a la adrenalina ala usarlo y a superar cada vez más nuestras marcas personales, pero no hacemos esto solos, pues están los primos, así sean mayores o menores que uno, pero con su apoyo superamos logros y obstáculos.
Por esta y muchas otras razones mis primos Edgar, Karen, Yecid, Lili y Sandra son tan importantes como respirar, pero si los dejas sufrirás, es por eso que siempre están hay ya sea jugando o en un cumpleaños o también con solo su presencia nos llenan de paz y alegría al saber que están a tu lado apoyándote y haciéndote feliz.
Aunque son muchas las personas que llegan a tu vida no hay como los hermanos, que sin importar cuantos sean están a tu lado desde que nace y se quedan en tu corazón.
Es así que mi hermano Jherick es quien admiro por su fortaleza y dedicación al hacer lo que se propone, es él quien me enseño a patear un balón, a jugar con carritos o simplemente a reír, pues con cada momento juntos se une a ti y no quisieras soltarlo jamás, pero llega ese momento en que hay que irse y cumplir los sueños. Aun así lejos está siempre a mi lado ya sea en espíritu o en físico me apoya y hace recordar los buenos momentos con la familia o en frente de un camión, te hace vivir fuerte y sabiendo el apoyo y la confianza que ha depositado en ti.
Es así como he contado como mi familia, los buenos y malos momentos han hecho de mí un joven lleno de felicidad, sueños y metas por cumplir que algún día pienso realizar y salir orgulloso de mis logros. He hablado de algunas situaciones que han forjado mi carácter pero aún falta mucho que contar, mucho que decir y pensar pero sobre todo mucho tiempo por vivir.
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